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LA BOMBA DE COMBUSTIBLE, EL DOLOR DE CABEZAS DE RED BULL

Si hay dos adjetivos que se le pueden poner a los Red Bull, rozando el cliché, es el de rápidos y frágiles. A lo largo de su historia los monoplazas de la bebida energética han gozado del estatus de ser veloces, tanto como el que más y en ocasiones inalcanzables, pero también de tener una fiabilidad no siempre a la altura de las circunstancias.

Y cuando se habla de Red Bull, quizás se debería hablar directamente de Adrian Newey, pues es santo y seña de sus diseños. El ingeniero británico siempre ha preferido ir al límite, anteponiendo el diseño -y sus dimensiones- por delante de la fiabilidad, lo que le ha costado un buen número de disgustos en su extenso historial como diseñador de coches, como bien explica en el libro que él mismo escribió y donde da múltiples detalles de estos más que interesantes sucesos.

Quizás el episodio más conocido del mundo Newey, más allá del MP4-18 que no llegó a debutar en Gran Premio, sea el famoso alternador que casi tira al traste la temporada 2012 de Red Bull en la que finalmente Sebastian Vettel logró el título. Conseguir un alternador fiable era sencillo, uno de las escasas dimensiones que imponía Newey, no tanto.

En esta temporada 2022 es el combustible lo que parece traer de cabeza a Red Bull. O mejor dicho, lo que el aumento de etanol en el mismo ha conllevado en todo el sistema de combustible. La inesperada cavitación del combustible arruinó el debut de Red Bull, de ambos coches, cuando estaban en posiciones de podio en Bahréin. El equipo vaciló con las razones, señalando a la bomba de combustible, una pieza común suministrada por un tercero, como culpable, pues fueron varios los equipos que también tuvieron problemas parecidos, aunque no letales.

Tras salvar Arabia Saudí, llegó el Gran Premio de Australia y el combustible volvió a hacer estragos. En esta ocasión no fue la falta de combustible provocada por la cavitación, sino una fuga, resultando imposible no pensar que pueda estar directamente con un sobresfuerzo del sistema de combustible tratando de evitar precisamente lo ocurrido en Bahréin. En el pasado Red Bull logró solventar sus problemas de alternador, aunque le costó unas cuantas carreras. Sí, Red Bull arreglará todos sus problemas relacionados con el combustible, especialmente cuando llegué a Europa y todo sea más sencillo, pero de momento, al equipo de la bebida energética le toca sufrir.

¿Pueden ir los problemas de Red Bull más allá? Los de Horner aprovecharon las laxas normas del parque cerrado para cambiar un buen número de piezas, incluyendo un radiador, el inicio de la bomba de combustible, varias piezas del sistema de embrague, y también el sistema hidráulico de la caja de cambios. No puede sorprender por tanto que el piloto neerlandés afirmase que “Ya tenía indicios de que iba a ser complicado acabar la carrera.”.

Incluso en parrilla de salida se pudo ver a los mecánicos de Red Bull trabajando en la parte delantera del monoplaza, en lo que podía ser un último retoque en el sistema hidráulico de frenos, pero que parece ser escondía algo más, un problema global. “Llenamos el vehículo con líquido hidráulico antes de carrera, pero no creo que esté relacionado con el problema.”, dijo el piloto que afirmó por radio detectar un fuerte olor antes del abandono. Eso sí, el neerlandés aseguró que el problema es diferente al de Bahréin, al mismo tiempo que decían no saber.

Fuente: Caranddriver

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