COLAPINTO: EL ANÁLISIS DEL PRIMER GRAN PREMIO EN F1
Sin mas experiencia que la de unos test de final de temporada con un monoplaza antiguo y una sesión de entrenamientos libres en Siverstone, Franco Colapinto encaró el reto de subirse a lo mandos del FW46 para competir contra unos rivales mucho más experimentados.
Apenas tuvo tiempo para preparar la carrera, fruto de los acuerdos de última hora, aunque en su favor está el hecho de que no hay piloto formado en Europa que no se conozca el trazado de Monza. Todo era nuevo para el argentino. La gestión de las gomas, la sesión de clasificación, las paradas de menos de tres segundos. Muchas cosas a las que adaptarse y muy poco tiempo por delante sin ningún margen de error.
Franco consiguió colocar su Williams por delante de los Sauber en clasificación, lamentándose por ese segundo intento en el que metió las ruedas en la grava y que quizás le hubiese permitido avanzar a la Q2. Pero el objetivo seguía siendo familiarizarse con todo.
En carrera la situación no mejoraba. Cierto es que si hay que elegir un circuito al que someter tu musculatura no acostumbrada a un F1, Monza es más benévolo que la mayoría de circuitos, pero también está lleno de trampas, incluyendo una primera vuelta llena de embudos en la que tener un contacto es casi inevitable.
Pero lo evitó e incluso se permitió el lujo de ganar alguna posición. En carrera, la estrategia desplegada por el equipo Williams es el arquetipo que odian todos los pilotos. Una única parada en la que te pasas vuelta tras vuelta gestionando gomas y defendiéndote de pilotos que son más rápidos y que solo adelantaste por no pasar por boxes.
En pista ranco tuvo dueles con Stroll, Zhou, Bottas, un intercambio de posiciones con George Russell tras la parada del británico, y hasta pudo rodar a la estela de Fernando Alonso, aquél piloto del que lució los colores en lo que fue el inicio de la FA Academy, entonces en la F4 española junto al equipo Drivex.
El de Williams se mantuvo en la vuelta del líder para cruzar meta en decimosegunda posición. En su debut, el argentino ya ha logrado superar todos los resultados de Logan Sargeant a excepción de un undécimo puesto. Y lo que es más importante, a igualdad de estrategia, acabó a solo 14 segundos de Alex Albon, piloto que ya roza los 100 Grandes Premios y que conoce este FW46 a la perfección. 14 segundos en 53 vueltas. Prácticamente la misma diferencia que Charles Leclerc a Carlos Sainz. Más pequeña que la de Hamilton a Russell o la de Verstappen a Pérez.
No es de extrañar por tanto que en Williams estuvieran sorprendidos con el desempeño de su nuevo piloto, recibiendo felicitaciones incluso antes de llegar al parque cerrado, tanto de su ingeniero de carrera, como del propio James Vowles. Poco habitual saltando directamente de media temporada de F2 y con apenas unos kilómetros sobre F1.
Eso sí, ahora Franco deberá emplearse a fondo, pues llegan circuitos desconocidos para él y muy duros físicamente. Aunque e cierto, que tal y como afirmó el piloto, ahora tendrá tiempo del al menos, practicar con el simulador.