UN FALLO MECÁNICO ORIGINÓ EL DESPISTE DE LECLERC CON LA FERRARI DE LAUDA
El Gran Premio Histórico de Mónaco de 2022 será recordado por muchos años como la edición en la que Charles Leclerc estrelló el Ferrari clásico de Niki Lauda de la temporada 1974. Al principio, pareció un error de pilotaje, pero instantes después se conoció que el líder del campeonato no tuvo la culpa del accidente.
El Ferrari 312 B3 fue una de las grandes reliquias del automovilismo que recorrió las calles de Montecarlo durante el GP Histórico que organiza el Automobile Club de Monaco cada año como previa a la carrera oficial de Fórmula 1. Dicho monoplaza icónico fue pilotado por Leclerc, uno de los aspirantes a conseguir su primer Mundial de Fórmula 1 en 2022.
Desgraciadamente, el desenlace fue trágico: Charles, en su camino a La Rascasse, perdió el control trasero del bólido de carreras e impactó contra el guardarraíl, descolgando el alerón trasero de uno de los coches más míticos de la F1. Rápidamente, el accidente se viralizó y Leclerc, muerto de la vergüenza, pidió disculpas en sus redes sociales: “Cuando pensabas que ya habías tenido toda la mala suerte del mundo en Mónaco, vas y pierdes los frenos en La Rascasse con uno de los coches más icónicos de la historia de la Fórmula 1”.
No obstante, sería justo que el monegasco no pagase las consecuencias por los daños ocasionados, y es que su excusa fue confirmada minutos después: el disco de freno se había partido. El impacto, a esas velocidades, fue inevitable.
Leclerc, inocente de uno de los accidentes más dolorosos a nivel sentimental, ha tenido la suerte de probar dos Ferrari legendarios en menos de cuatro semanas. El pasado mes de abril, el piloto de 24 años se subió a bordo del 312T4 de Gilles Villeneuve como homenaje al 40º aniversario de su fallecimiento en el circuito de Zolder. La exhibición la realizó en la pista de pruebas de Fiorano y allí no se produjo ningún fallo mecánico terminal, por suerte.
Pese a ello, el accidente de Charles con el Ferrari de Lauda en Montecarlo no es un buen augurio, puesto que la maldición continúa y el GP de Mónaco está a la vuelta de la esquina. ¿Podrá finalizar Leclerc la carrera de casa por fin y sin problemas? De momento, ha comenzado con mal pie.